sábado, 19 de diciembre de 2009

La canción monofónica profana.

El desarrollo de la poesía latina profana destinada al canto comienza en el siglo XI, cuando la alta sociedad se giro hacia la canción profana y las formas musicales se hicieron más variadas y complejas. Entre los temas que se consideraban dignos de un poema estaban las virtudes de los reyes y reinas, así como sus coronaciones y matrimonios.

Los epitafios también tuvieron importancia temática, en lugar de ser grabados en una lapida, se destinaron al funeral, dando origen al planctus, que significa lamento. Volvieron a ser importantes hacia el siglo XVII sobre todo para los compositores franceses de laud y tecla, dando origen al tombeau instrumental.

Las melodías están escritas en neumas adiastematicos con unas cuantas secuencias de doble cursus, y hay unos cuantos ejemplos en donde se depende de una sola figura motívica, que es típico del estilo de la canción profana.

Muchos de los poemas de la Baja edad media tardía son anónimos, y se utilizan los términos estudiantes errantes y goliardos para sus desconocidos autores. Los estudiantes errantes eran escritores cuyo talento estaba a disposición de cualquier patrón que les proporcionara un medio de vida. Los goliardos se referían más a los placeres de a vida, como comer, beber y jugar. Mas debajo de la sociedad se encontraban los juglares que hacían de todo, actuaban como bailarines, cantantes, acróbatas, instrumentistas y narradores de historias, pero gracias a que andaban por ahí cantando las canciones de otros hombres, se difundió mucho la música de lirica latina y de trovadores.

Las diferentes longitudes de las frases no siempre se corresponden con los versos poéticos, es decir, se presenta una irregularidad en la estructura de las frases que contrasta con la igualdad de frases de la secuencia religiosa tardía.

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